miércoles, 21 de septiembre de 2011

HONRA





En estos tiempos es imprescindible e inevitablemente necesario, tomar real conciencia del inmenso poder de nuestro Creador, como asimismo reconocer su infinita bondad y misericordia para con la Humanidad. Sin importar la edad o género, ello marcará una pauta de vida en cada uno de nosotros, al honrar su nombre a través del fiel cumplimiento de sus preceptos establecidos diáfanamente en sus Sagradas Escrituras. Lo cual moldeará a fin de cuentas un modelo de vida idóneo , que redundará indudablemente en el bienestar integral de la familia en general, que es lo que necesita nuestra sociedad actual para encontrar su armonía y equilibrio social.
Jesucristo fue tanto una Deidad viviente verdadera como una humanidad verdadera para la muerte en la cruz y la redención del hombre. Si leemos más allá del versículo 8 en el pasaje de Filipenses, leemos: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." (Filipenses 2:5-11).