
Para comenzar a abordar este problema es imprescindible recalcar que la pasividad y letargo de nuestras autoridades deja mucho que desear, pues todos lo sabemos y coincidimos con ello, en cuanto uno de los medios más efectivos de disciplina y adecuamiento de comportamiento de los adolescentes es la norma sancionadora, que lamentablemente en la actualidad o hay poco o nada al respecto. Y de lo poco que hay no se aplica como debería de ser. Todavía no hay un gobierno que de verdad encare este caldo de cultivo de personas antisociales y desadaptapadas del entorno social.
Quiero manifestar que en lo referente a este problema del pandillaje en los adolescentes, que las perspectivas y consideraciones que se hacen al respecto, solo están encaminadas a coadyuvar a la formación integral del adolescente o joven, que por diferentes motivos se haya marginado de la sociedad, y rescatarlo y revalorar sus auténticos valores para que sea consciente de que él como cualquier joven tiene derechos y obligaciones los cuales deben de respetarse y marcar limites uno respecto del otro. A fin de cuentas la finalidad suprema es el bienestar del adolescente en común y la tranquilidad y paz social. Pues de ninguna manera intentamos destruir ni aniquilar al joven que erróneamente comete ciertos vandalismos o delitos, sino más bien mediante la corrección concientizarlo de lo equivocado que esta y reinsertarlo a la sociedad, para que en un futuro no muy lejano sea un hombre de provecho y de bien.
El tema del pandillaje es pues muy complejo y una de las medidas más atinadas y certeras es pues el interés genuino y real de parte de nuestras autoridades para dotar de un equipo de especialistas, refiriéndonos aquí a la ayuda espiritual y psicológica pertinente en las instituciones educativas de nuestro país ya que sin este soporte básico y fundamental estaríamos realizando esfuerzos infructuosos en lo referente solo a las medida coercitivas y sancionadoras
Este problema lamentablemente latente en nuestra sociedad, es sin lugar a dudas uno de los problemas fundamentales a los cuales debe avocarse todo gobierno de turno. El Estado debe poner las cartas en el asunto, y al referirnos al "Estado", hago alusión a todos nosotros, los peruanos sin distinción alguna de raza, credo, edad, género, religión o concepción política. Porque si bien es cierto el gobierno es el directo responsable de la correcta y adecuada administración del país en todos sus estamentos, cada uno de nosotros somos también responsables de contribuir de alguna u otra manera con la pacificación del país y su desarrollo. Desde nuestro centro laboral, desde nuestro distrito, desde nuestro vecindario. En el caso del pandillaje de qué forma podemos coadyuvar esfuerzos para combatir este mal endémico, donde a final de cuentas los verdaderos culpables son aquellos seres irresponsables que engendraron hijos sin pensar en las consecuencias que podrían acarrear su mal actuar, hijos productos a veces producto de violaciones, hijos no deseados, o jóvenes con un potencial increíble que por la falta de comunicación con sus familiares de entorno terminan cayendo en las garras del alcoholismo, drogadicción y todas las consecuencias colaterales que ello conlleva y que ya todos conocemos hasta la saciedad cuales son y de lo que también nosotros sin darnos cuenta somos responsables cuando los discriminamos o marginamos de la sociedad. La manera que podemos contribuir a combatir este mal de la juventud empieza por el compromiso serio, responsable y humanitario de parte de cada uno de nosotros. No los discriminemos, ni los miremos mal , porque estos muchachos necesitan cariño, amor , afecto, comprensión, y por sobre todos una autoestima fortalecida. Sino porqué estos jóvenes, que uno nunca sabe mañana más tarde podría pasarle a uno de nuestros hijos, se refugian en el alcohol, drogadicción y otros. Porque allí momentáneamente huyen de la realidad y compensan esas falencias de afecto y comprensión. Por todo lo anteriormente señalado con antelación, no sólo nos dediquemos a criticar sino seamos positivos y aunque no seamos gobernantes o funcionarios públicos, una actitud positiva , social y humanitaria en nuestro cotidiano vivir ante estos jóvenes que si pueden enmendar sus vidas y conductas marcará un gran paso para reinsertar todo este potencial humano a la sociedad.
Quiero manifestar que en lo referente a este problema del pandillaje en los adolescentes, que las perspectivas y consideraciones que se hacen al respecto, solo están encaminadas a coadyuvar a la formación integral del adolescente o joven, que por diferentes motivos se haya marginado de la sociedad, y rescatarlo y revalorar sus auténticos valores para que sea consciente de que él como cualquier joven tiene derechos y obligaciones los cuales deben de respetarse y marcar limites uno respecto del otro. A fin de cuentas la finalidad suprema es el bienestar del adolescente en común y la tranquilidad y paz social. Pues de ninguna manera intentamos destruir ni aniquilar al joven que erróneamente comete ciertos vandalismos o delitos, sino más bien mediante la corrección concientizarlo de lo equivocado que esta y reinsertarlo a la sociedad, para que en un futuro no muy lejano sea un hombre de provecho y de bien.
El tema del pandillaje es pues muy complejo y una de las medidas más atinadas y certeras es pues el interés genuino y real de parte de nuestras autoridades para dotar de un equipo de especialistas, refiriéndonos aquí a la ayuda espiritual y psicológica pertinente en las instituciones educativas de nuestro país ya que sin este soporte básico y fundamental estaríamos realizando esfuerzos infructuosos en lo referente solo a las medida coercitivas y sancionadoras
Este problema lamentablemente latente en nuestra sociedad, es sin lugar a dudas uno de los problemas fundamentales a los cuales debe avocarse todo gobierno de turno. El Estado debe poner las cartas en el asunto, y al referirnos al "Estado", hago alusión a todos nosotros, los peruanos sin distinción alguna de raza, credo, edad, género, religión o concepción política. Porque si bien es cierto el gobierno es el directo responsable de la correcta y adecuada administración del país en todos sus estamentos, cada uno de nosotros somos también responsables de contribuir de alguna u otra manera con la pacificación del país y su desarrollo. Desde nuestro centro laboral, desde nuestro distrito, desde nuestro vecindario. En el caso del pandillaje de qué forma podemos coadyuvar esfuerzos para combatir este mal endémico, donde a final de cuentas los verdaderos culpables son aquellos seres irresponsables que engendraron hijos sin pensar en las consecuencias que podrían acarrear su mal actuar, hijos productos a veces producto de violaciones, hijos no deseados, o jóvenes con un potencial increíble que por la falta de comunicación con sus familiares de entorno terminan cayendo en las garras del alcoholismo, drogadicción y todas las consecuencias colaterales que ello conlleva y que ya todos conocemos hasta la saciedad cuales son y de lo que también nosotros sin darnos cuenta somos responsables cuando los discriminamos o marginamos de la sociedad. La manera que podemos contribuir a combatir este mal de la juventud empieza por el compromiso serio, responsable y humanitario de parte de cada uno de nosotros. No los discriminemos, ni los miremos mal , porque estos muchachos necesitan cariño, amor , afecto, comprensión, y por sobre todos una autoestima fortalecida. Sino porqué estos jóvenes, que uno nunca sabe mañana más tarde podría pasarle a uno de nuestros hijos, se refugian en el alcohol, drogadicción y otros. Porque allí momentáneamente huyen de la realidad y compensan esas falencias de afecto y comprensión. Por todo lo anteriormente señalado con antelación, no sólo nos dediquemos a criticar sino seamos positivos y aunque no seamos gobernantes o funcionarios públicos, una actitud positiva , social y humanitaria en nuestro cotidiano vivir ante estos jóvenes que si pueden enmendar sus vidas y conductas marcará un gran paso para reinsertar todo este potencial humano a la sociedad.