jueves, 16 de agosto de 2012

HAZ EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN ...  

Nunca perdamos el sentimiento de conmiseración e identificación con nuestro prójimo. Sin pensarlo siquiera podríamos reflejar en ellos un atisbo de luz y esperanza en el mundo oscuro o sombrío en el que viven debido a los problemas por los que atraviesan … ya sea por motivos de enfermedades, deudas, delitos , debacles económicas , desamor, injusticia social , estafas, etc … tan solo un gesto de solidaridad, afecto , caridad y misericordia no nos hará menos. “Nada nos cuesta”… ( … UNA SONRISA ENRIQUECE A QUIEN LA RECIBE… SIN EMPOBRECER A QUIEN LA DA… ). Ahora bien , hablando específicamente del caso de personas indigentes o con vicios a cuestas… quizá podamos pensar de que a veces damos limosnas o dádivas en balde, pues como dice el común denominador de la gente de que aquel vicioso que reciba dicha alguna donación, tan solo la utilizara para seguir con su adicción … y nos estaríamos convirtiendo en tontos útiles o estaríamos haciendo el papel de ingenuos o ilusos… pero no es así… muchas veces ellos utilizan dichas aportaciones para comer … o tal vez para comprarse un poco de ropa … y de hecho muchas veces ocurre esto…. Cuanto tiempo habrá de transcurrir hasta que aprendamos a conjugar el verbo “compartir”… y por cuánto tiempo más habrá de pasar para que no nos dejemos de fascinar por las fabricaciones electrónicas , computarizadas y tecnología de punta … hasta el punto de ignorar a la gente necesitada que espera en nuestra puerta o a las que nos encontramos en nuestro cotidiano vivir en la calzada o en lugares públicos …. y que claman apoyo … o “cuantos oídos deberíamos tener “para poder oír el llanto de nuestro prójimo”… Es tan difícil ayudar a nuestro prójimo … honestamente creo que no . Desechemos entonces esa frialdad  y falta de calor fraternal que poco a poco con el transcurrir del tiempo se ha ido fortaleciendo haciendo creer que ignorar y denostar a las personas indigentes , (aquellos que carecen del calor de un hogar por obvias razones y que muchos dan ya por desahuciados ), es ser cauto , perspicaz o precavido , pues total al final y al cabo dichas personas o “lacras de la sociedad” , no tienen remedio y es una pérdida de tiempo colaborar con ellos y mucho peor aún dirigirles la palabra…. pues ningún lazo amical nos une con ellos….
No quiero generalizar porque aún existe gente de buen corazón que se apiada y se conduele de su prójimo, sin siquiera conocerlo y analizarlo o auscultarlo , en un acto reflejo de “humanidad y condolencia espontánea”. Mi reconocimiento a aquellos grupos sociales religiosos o comunitarios que visitan los penales, hospitales, asilos, centros de tratamiento mental , dando muestras de amor, empatía y cariño con los internos, enfermos, desahuciados y gente indigente que deambula por la calle .
No es necesario ser una persona próspera y de gran solvencia económica para ayudar al prójimo , basta tan solo con un gesto de solidaridad y ello poco a poco , en forma paulatina y progresiva estará marcando en la retina y mente de esa inmensa cantidad de “hermano(a)s” (que pululan muchas veces causando lástima, unas otras desprecio y rechazo en nuestra sociedad) ; un rayo de esperanza y tal vez deseos genuinos de regeneración, aunados a una actitud positiva ante la vida. No debemos de omnibularnos con ese síndrome de análisis riguroso al aspecto físico y externo de una persona , erigiéndonos como “jueces inmisericordes ante el infortunio de las personas” , cuando no somos nadie para juzgar a nuestro prójimo ; sino fijémonos en la extrema necesidad que detentan y el requerimiento inmediato de apoyo que la paliará (…bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios…). Ni tampoco seamos indolentes con aquellas personas que por situaciones circunstanciales de la vida atraviesan por momentos de extrema pobreza, o álgidos problemas de índole económica , dándoles un trato especial y considerativo . Y lo principal de todo … hacerlo sin esperar nada a cambio … tan solo hacerlo en un acto de libre disposición … desinteresadamente …
A través de los vaivenes , parapetos y el frenesí dialéctico de la vida, con el imponderable paso del tiempo , nadie está exento de caer en desgracia (enfermedades terminales , debacles económicas , quiebras , prisión , drogadicción, alcoholismo u otros) , no tanto dirán algunos… pero a veces sucede… de repente no uno… dirán otros ; pero tal vez sí los hijos o familiares más cercanos… o quizá hasta el menos pensado .
Lo ideal sería que nuestra labor filantrópica sea proficua, o en su defecto regular y no del todo mal si se da de vez en cuando… “ellos” nos lo agradecerán de todo corazón…. de ello no nos debe de quepar la menor duda …
Y nunca debemos de olvidarnos de que Dios siempre está dispuesto a tendernos su mano para darnos paz , solaz y perdón , pese a nuestras imperfecciones ... en su infinita misericordia y gracia ...
César Ángel Gil Hurtado

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