¿Desaliento, aburrimiento, estupor, resignación…? Alguno de estos calificativos define la pose de la premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai sentada junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la cumbre de Copenhague.
Lamentablemente para la humanidad nuevamente la Cumbre de Copenhague que debería de contemplar lo acordado en el Protocolo de Kioto, Japón respecto al avance del control de la emisión de los seis gases que ocasionan el Calentamiento Global y de la misma manera su refrendamiento total y vinculante , se puede narrar con dos palabras: Fracaso y Estafa. Para los jefes de los gobiernos allí reunidos el resultado de la Cumbre es un rotundo fracaso político y diplomático. No han guardado ni las formas. No son capaces de acordar soluciones conjuntas ante el calentamiento. No logran ocultar que la crisis económica exacerbó la competencia capitalista y el nacionalismo gubernamental. No tienen reparo en mostrar que todos ellos se pliegan a los dictados de los gobernantes de EE UU y China. Esta es la nueva realpolitik del siglo XXI. Se elaboró un texto de caracter NO VINCULANTE, es decir no existe aún un ente o documento Supranacional de estricto cumplimiento, respecto al control de la emisión de los seis gases más contaminantes que causan o provocan el Efecto Invernadero o Calentamiento Global.
Del mismo modo se ha manifestado que es necesario que el aumento de la temperatura media planetaria se sitúe “por debajo de 2ºC” para lo que es necesario realizar reducciones en cuanto a las emisiones. Pero no se expresa como cada nación mantendrá este tope de aumento de temperatura, ni las políticas a seguir, en especial los países más contaminantes. Cuando no se debería de hablar de mantener el aumento de temperatura en 2 grados "C", sino mas bien amenguar la temperatura mediante el control de aquellos elementos que ocasionan su aumento.
Los gobernantes no han establecido objetivos de reducción de emisiones concretos, cuantificados, mensurables y evaluables, ni se han planteado plazos temporales para conseguirlos, ni han acordado un año base de referencia para comparar la evolución.
Los gobernantes no han establecido objetivos de reducción de emisiones concretos, cuantificados, mensurables y evaluables, ni se han planteado plazos temporales para conseguirlos, ni han acordado un año base de referencia para comparar la evolución.
Para mejor ilustración de este "Fiasco", permítanme citar a la danesa Connie Hedegaard, que encontró un símil para la situación actual de la negociación: “ESTO PASA TAMBIEN A LOS NIÑOS.SI TIENEN FECHA PARA UN EXAMEN PEDIRAN MAS TIEMPO Y LO ENTREGARAN EL ULTIMO DIA Y TARDE . EN BALI EN EL AÑO 2007 NOS DIMOS DOS AÑOS Y LOS HEMOS GASTADO" (Refiriéndose lógicamente a Copenhague 2009).
O lo que también expresó en una oportunidad, el propio Ban Ki-moon cuando decía de esta manera, refiriéndose a las reuniones mantenidas una vez finalizado el protocolo de Kioto: “PUEDES LLEVAR UN CABALLO AL AGUA, PERO NO PUEDE HACERLE BEBER. LLEVAMOS DOS AÑOS TRAYENDO 192 CABALLOS AL AGUA ..."
La pregunta del año es ¿CUANDO HARAN SU TAREA O DARAN SU EXAMEN , O CUANDO BEBERAN DEL AGUA ...?El cambio climático pone en riesgo las bases materiales de existencia de los seres humanos. Por ello, los grandes afectados del resultado de la Cumbre no se encuentran en la sala de sesiones,o en los pasillos de la ONU, o alguna Embajada , son los pueblos, las ciudades ,las personas, la humanidad entera. Contra ellos se ha perpretado una felonía . En nuestro Planeta están modificándose de forma acelerada los patrones epidemiológicos a causa de los cambios en los ecosistemas, lo que redundará negativamente en la salud pública. Y ESTO NO PUEDE ESPERAR MAS DILACIONES DE PARTE DE NUESTRAS AUTORIDADES, pues ello va en detrimento de el futuro de la Humanidad y nos lleva inevitablemente al abismo climático.
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