EL SINDROME DEL PRIMER LUGAR : OBSESION ELECTORAL

Generalmente todos queremos ser los primeros destacar en todo, ya sea en el deporte, la política, los estudios, en los negocios, una u otra actividad. Lo cual no es nada malo, por el contrario siempre debemos tener aspiraciones y fijarnos unas metas a largo, a mediano o corto plazo, con cierto grado de relevancia.
Pero si nos remitimos a la política sin lugar a dudas es inquietante e lo que puede observar en la pugna por figuretear en los resultados de ciertas encuestas en las cuales claramente se puede observar cuando uno u otro político que tiene poco arraigo y condescendencia popular pasa a ocupar un primer lugar u otro lugar expectante , aunque a veces tenga que comprar conciencias u encuestadoras de dudosa reputación o aquellas que se autodenominan profesionales objetivas y totalmente imparciales, pero que en el fondo manipulan la información a su regalado antojo y al mejor postor. Porque contrastando con la realidad circundante estos resultados dizque objetivos e imparciales , distan mucho de la realidad auténtica e inequívoca la cual es diametralmente opuesta a los resultados que muestran ciertas encuestadoras que obviamente son dirigidas por estos personajes que únicamente de esa manera intentan incidir o direccionar el voto que les es esquivo. Y lo peor de todo es que aunque en menor y regular grado inciden en un cierto porcentaje de electores indecisos y con poca capacidad de percepción de la realidad que se dejan llevar por dicha información amañada y prácticamente son presa fácil de estas informaciones sin la credibilidad del caso.
Ahora bien el síndrome del primer lugar es que fatalmente para estos candidatos políticos que logran según ellos estar en el pico de las encuestas, como la información no es creíble y peor aun no transmite el sentimiento genuino y veraz de los electores, al final se ven sobrepasados por aquellos que ocupaban el segundo, tercer, e inclusive cuarto lugar, los que si realmente tienen arraigo en la masa electoral.
Motivo por el cual no siempre conviene estar a la cabeza de alguna encuesta aunque esta sea fidedigna, al final el propio peso de este ponderado lugar propiciará que los que lo siguen lo sobrepasen, pues es mucho más difícil mantenerse en un lugar preponderante que subir o escalar a mejores posiciones, y mucho más cuando ciertas encuestadoras solo tergiversan o direccionan el voto a favor de algún “avivato” candidato.
A final de cuentas la perfecta y mejor encuesta se da en las urnas electorales, cuando se realiza el conteo respectivo trasluciendo la auténtica realidad y voluntad fidedigna del electorado.
Así es, esos afanes desmedidos y enfermizos de figuretear como ganadores virtuales al final solo logran crear anticuerpos en la masa electoral con una consecuente y justificada animadversión, pues estas actitudes lindan con la prepotencia y la soberbia , al subestimar en exceso a sus demás contendores los cuales generalmente también tienen las mismas posibilidades latentes de acceder a una encargatura política, y en algunos casos los sobrepasan en capacidad , convocatoria y arraigo popular y finalmente resultan ser los ganadores en una contienda electoral … Como reza el dicho: “En la puerta del horno se quema el pan …”

César Ángel Gil Hurtado