viernes, 30 de enero de 2009

EL PANDILLAJE



Para comenzar a abordar este problema es imprescindible recalcar que la pasividad y letargo de nuestras autoridades deja mucho que desear, pues todos lo sabemos y coincidimos con ello, en cuanto uno de los medios más efectivos de disciplina y adecuamiento de comportamiento de los adolescentes es la norma sancionadora, que lamentablemente en la actualidad o hay poco o nada al respecto. Y de lo poco que hay no se aplica como debería de ser. Todavía no hay un gobierno que de verdad encare este caldo de cultivo de personas antisociales y desadaptapadas del entorno social.

Quiero manifestar que en lo referente a este problema del pandillaje en los adolescentes, que las perspectivas y consideraciones que se hacen al respecto, solo están encaminadas a coadyuvar a la formación integral del adolescente o joven, que por diferentes motivos se haya marginado de la sociedad, y rescatarlo y revalorar sus auténticos valores para que sea consciente de que él como cualquier joven tiene derechos y obligaciones los cuales deben de respetarse y marcar limites uno respecto del otro. A fin de cuentas la finalidad suprema es el bienestar del adolescente en común y la tranquilidad y paz social. Pues de ninguna manera intentamos destruir ni aniquilar al joven que erróneamente comete ciertos vandalismos o delitos, sino más bien mediante la corrección concientizarlo de lo equivocado que esta y reinsertarlo a la sociedad, para que en un futuro no muy lejano sea un hombre de provecho y de bien.
El tema del pandillaje es pues muy complejo y una de las medidas más atinadas y certeras es pues el interés genuino y real de parte de nuestras autoridades para dotar de un equipo de especialistas, refiriéndonos aquí a la ayuda espiritual y psicológica pertinente en las instituciones educativas de nuestro país ya que sin este soporte básico y fundamental estaríamos realizando esfuerzos infructuosos en lo referente solo a las medida coercitivas y sancionadoras
Este problema lamentablemente latente en nuestra sociedad, es sin lugar a dudas uno de los problemas fundamentales a los cuales debe avocarse todo gobierno de turno. El Estado debe poner las cartas en el asunto, y al referirnos al "Estado", hago alusión a todos nosotros, los peruanos sin distinción alguna de raza, credo, edad, género, religión o concepción política. Porque si bien es cierto el gobierno es el directo responsable de la correcta y adecuada administración del país en todos sus estamentos, cada uno de nosotros somos también responsables de contribuir de alguna u otra manera con la pacificación del país y su desarrollo. Desde nuestro centro laboral, desde nuestro distrito, desde nuestro vecindario. En el caso del pandillaje de qué forma podemos coadyuvar esfuerzos para combatir este mal endémico, donde a final de cuentas los verdaderos culpables son aquellos seres irresponsables que engendraron hijos sin pensar en las consecuencias que podrían acarrear su mal actuar, hijos productos a veces producto de violaciones, hijos no deseados, o jóvenes con un potencial increíble que por la falta de comunicación con sus familiares de entorno terminan cayendo en las garras del alcoholismo, drogadicción y todas las consecuencias colaterales que ello conlleva y que ya todos conocemos hasta la saciedad cuales son y de lo que también nosotros sin darnos cuenta somos responsables cuando los discriminamos o marginamos de la sociedad. La manera que podemos contribuir a combatir este mal de la juventud empieza por el compromiso serio, responsable y humanitario de parte de cada uno de nosotros. No los discriminemos, ni los miremos mal , porque estos muchachos necesitan cariño, amor , afecto, comprensión, y por sobre todos una autoestima fortalecida. Sino porqué estos jóvenes, que uno nunca sabe mañana más tarde podría pasarle a uno de nuestros hijos, se refugian en el alcohol, drogadicción y otros. Porque allí momentáneamente huyen de la realidad y compensan esas falencias de afecto y comprensión. Por todo lo anteriormente señalado con antelación, no sólo nos dediquemos a criticar sino seamos positivos y aunque no seamos gobernantes o funcionarios públicos, una actitud positiva , social y humanitaria en nuestro cotidiano vivir ante estos jóvenes que si pueden enmendar sus vidas y conductas marcará un gran paso para reinsertar todo este potencial humano a la sociedad.

1 comentario:

  1. La verdad muy completo e integral este artículo, toda vez que enmarca todos los aspectos inherentes a este problema de la juventud y toca aspectos que aparentemente pasan desapercibidos en otros artículos referidos al mismo tema por otros autores, los cuales sin darse cuenta soslayan la participación individual del ciudadano en la ayuda positiva en la lucha contra este problema juvenil.

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